1. Francy Ruiz
  2. Bari, SMA y El Bolsón
  3. Arribo al Laberinto

Municipio de El Hoyo, Argentina - Polarsteps

Para llegar al laberinto, llegué al pueblo del Hoyo, dónde en la entrada del pueblo me bajé para comenzar a caminar. Al frente de la estación de servicio de gasolina ⛽ había una feria, así que paré a pedir indicaciones, dónde me dijeron la mejor ruta a seguir (yo sabía que iban a ser aprox 3km de camino). Aproveché de comprar una rosa mosqueta para echarle al mate y seguí. La ruta es el mismo camino de los autos y de tierra. A los pocos metros de iniciar, un galgo comenzó a caminar conmigo. Al principio bien pero después del tiempo me preocupaba que se fuera a perder así que intenté hacer que volviera sin mucho éxito. Dije que cualquier cosa buscaría que se quedara conmigo y devolverlo al regreso. Así que pasado 1km aprox, se paró un auto con un señor muy amable que me preguntó que si el galgo era mío. Le dije que no y me expliqué que había pasado. Me contó que tenía días rescatandolo porque tiene una pata lastimada, pero que siempre se iba. Cuando el señor abrió la puerta del auto el perro por si solo se subió enseguida, así que entendí que era verdad lo que el señor me decía porque el perro lo conocía. Así que eso me dió confianza para pedirle si me podía aventar a dónde pudiera del trayecto. Con el viaje con el señor recorté aprox un km más. Me despedí del perrito que me acompañó, del señor y seguí caminando. Al cabo de un rato y de ver unos paisajes muy bonitos, llegué al lugar. Me cobraron la entrada por 11usd aprox y entré. Es un laberinto bastante grande. Está todo hecho de pino así que el olor dentro de los pasillos es muy bonito. Me di cuenta 1) que los laberintos no son lo mío y 2) que me aburrí. Así que sin más salí, y me quedé contemplando un ratito el paisaje que estaba muy bonito. Al lado del laberinto hay un restaurante que se llama Sidra Patagonia. No era el plan original pero tenía mucho tiempo disponible porque el bus al Bolsón era muy tarde, el restaurante era muy bonito y además servían especialidades de sidras, y siendo que pronto venía mi cumpleaños, decidí almorzar (o algo como almorzar) en el lugar. El restaurante quedó marcado en mi top de experiencias increíbles en comida. El paisaje que se ve, la cata de sidras y la comida, fueron increíbles. Sin mencionar que adaptaron el postre a mis necesidades. Aproveché el rato para escribir, leer y disfrutar del espacio; hasta que calculé más o menos el tiempo para volver sin que se me hiciera de noche. Además se pronosticaba lluvia así que preferí volver antes y que no lloviera ya que tenía que caminar +3km. Así que sin más preámbulo pedí la cuenta para emprender el viaje. Pagué aprox 45usd, pero no almorcé. Solo comí una entrada y un postre, más la cata de las sidras. Si es costoso pero valió la pena.

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